Para entender esto, se debe develar los ejes que sostienen a la película. El primero de ellos es la fantasía que la sociedad existe. Esto es precisamente lo que cae. Si traemos a la mente la alucinante película El Triunfo de la Voluntad (1935) de Leni Riefenstahl, una de las imágenes imborrables es cómo se intenta construir la ilusión que la sociedad alemana se vuelve un todo compacto y coherente.
Alemania, el partido nazi y el Führer se yuxtaponen haciéndose uno. Incluso el discurso de Rudolf Hess afirma que Hitler es Alemania y sus decisiones son las del mismo pueblo.
Negación colectiva
Todo esto no es gratuito pues en La Caída lo que se evidencia es que en Hitler se pone la creencia que Alemania existe. Están siendo atacados por todos los frentes, masacrados por el Ejército Rojo, por los Aliados, pero todos están entrampados en el delirio. Hitler dice que no importa tal o cual derrota pues vendrá un regimiento nuevo a salvar a Berlin. Es irrelevante que los rusos se aproximen pues reflotarán la Luftwaffe y arrasarán con ellos. Hitler es, porque está sostenido por todos los que creen en él. Hirschbiegel como pocos ha podido retratar este alucinante delirio colectivo.
Un segundo eje se desprende de acá a través de Traudl Junge (Alexandra Maria Lara), la protagonista del film. Cuando termina todo, ella ya muchos años después afirma que no sabía nada de la insania del nazismo. Y solo años después al ver el monumento a Sophie Scholl comprendió que la juventud no era una excusa para la ignorancia. Entonces, si ellos realmente no sabían nada, no quita que otros no querían saber nada. En esta operación de imbricar a Alemania con Hitler y el nazismo, lo que se hace es elidir la responsabilidad por lo sucedido o asumir una responsabilidad por ello.
Die Hitlerjugend: Juventudes Hitlerianas
Y pienso que La Caída pone en escena esta incómoda posición y no escatima en lo absoluto que los verdaderos nazis tienen que morir. Por ello se mata Joseph Goebbels, por eso su esposa acaba con toda su familia en una de las escenas más crudas que haya visto. Y no sé qué pensar de esto. ¿Es una decisión ética? En verdad, si yo estoy convencido de algo voy a ir hasta el final con esto. Magda Goebbels no puede concebir un mundo sin el nacional socialismo, su centro ha caído y su mundo pierde sentido. En todo caso, creo que su decisión es lógica. Y esto es algo que no se ve en muchas películas donde por el contrario, existe una distancia conservadora respecto a estar comprometido a muerte con la ideología.
Por último, esta idea la tomo de unos amigos con los que se ha discutido esta película. Tanto en Alemania como en muchos otros lugares donde se ha criticado a La Caída por mostrar a un Hitler “más humano”, no se percatan que la película en ningún momento matiza la responsabilidad de Hitler. Lo que se hace, es mostrar a este personaje a partir de dos niveles, uno imaginario y otro simbólico. En el primero, se muestra a Hitler hacia los demás. Por ejemplo, cuando en Rastenburg recibe a las nuevas secretarias como un tipo afable, educado, etc. O cuando se acerca a los hijos de Goebbels que ven en él a su abuelo protector. Sin embargo, en el plano simbólico, la película muestra muy bien todas las decisiones de Hitler, como uno de los responsables del holocausto, como quien ordena la destrucción de Alemania en una versión de “tierra arrasada”, ergo, un depravado total que debería ser suficiente para desbaratar las infundadas críticas hacia este film. En especial a que humanizar a Hitler es tratar de crear un tipo de simpatía hacia él.
Vuelo al inicio. Esta es para mí, una de las mejores películas de este siglo y la mejor sobre el nazismo y la Segunda Guerra. Si no la han visto, la recomiendo muchísimo que no tiene pierde.
Hasta el amargo final
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