sábado, 2 de julio de 2011

Tesis


Ángela viajaba en un tren en Madrid. De repente, ordenan bajar a los pasajeros pues ha ocurrido un accidente, el tren ha atropellado a un sujeto y está destrozado en lo rieles. Los pasajeros bajan con la advertencia de mirar sólo para adelante para evitar ver este espectáculo repugnante de vísceras y sangre. Pero Ángela no puede evitarlo. La necesidad de ver lo crudo de la muerte es más fuerte que ella misma. Lentamente gira el rostro hacia el hombre destrozado y cuando estamos a punto de ver este festín violento, pues ya la cámara nos ha puesto en el punto de vista de Ángela, una mano del orden, un policia nos dice. Avanza, no seas morboso.

Qué espectacular inicio de esta película, pues sólo en un par de minutos no sólo ya nos ha dicho de lo que va a tratar sino que incluso nos ha enrostrado nuestro pervertido deseo por estar tan cerca de la violencia.
Tesis (1996) es el debut como director de Alejandro Amenábar y narra la historia de Ángela (Ana Torrent) una estudiante de la facultad de comunicaciones que está interesada en el tema de la violencia en los medios de comunicación para su tesis. A fin de conseguir material para ésta, recurre a Chema (Fele Martínez). No obstante los problemas comienzan cuando el asesor de Ángela muere luego de ver un misterioso video que resultó ser una película snuff. El resto de la trama nos lleva a cómo la espectadora, Ángela, se vuelve la protagonista de esta película. Siempre bajo las coordenadas de un explícito rechazo a la violencia, pero con un juego implícito de la aceptación de ella.



Quizá una de las escenas más interesantes, no por la acción, sino por el análisis de la misma película a su propia naturaleza se da entre Ángela y el profesor Castro. Mientras Ángela ve la violencia negativa porque el ser humano la tiene tan cercana que éste se acostumbra a ella, Castro defiende la teoría que ésta no es externa, sino parte de la misma esencia humana. Por tanto, el realizador debe entregar lo que el público desea. En el sentido que la película de asesinos, el espectáculo puesto en escena, debe hacer explícito el deseo real del espectador, es decir, la violencia inherente a él.

De tal manera, Tesis juega con esta fantasía que hay un exceso inconfesable en todos nosotros, que no podemos hacer explícito. Esto es el plano de la realidad, de la censura, de lo social y los límites. Por ello, Ángela se niega a ver el video, pero en un nivel implícito y negado, necesita encontrar lo real de su deseo. Por ello al colocar el video, oscurece la pantalla y solo se queda con el audio, mientras nosotros espectadores morimos de ganas de ver qué es lo que está ahí. Del mismo modo que nos ocurrió en la escena del tren hasta que fuimos detenidos por la dura realidad que nos acusó de ser morbosos.

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Sonríe a la cámara


Más que un thriller de asesinos, Tesis es una película que cuestiona al género en el cual está inscrita, en la manera que proporcionan las coordenadas del deseo del sujeto. Al mismo tiempo que a la posición del espectador frente a la violencia y el asesinato. Por tanto, el recorrido del horror nos retrae al punto de partida y que quien ha sido el protagonista de la película de horror, ha sido siempre el espectador. Eso hace que la película de Amenábar sea tan buena y efectiva.


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