Siempre llega el momento en que un género se satura. Y los FPS no han sido la excepción. Temáticas llevadas al hartazgo y juegos similares entre ellos, dejaban aparentemente poco margen de maniobra para refrescar el mercado. Sin embargo, Inifinity Wards hizo lo más simple del mundo. Dejo de lado guerras del pasado, épicas futuristas y recreo con toda la brutalidad posible lo que vivimos aún en conflictos alrededor del planeta. Si CoD: Modern Warfare nos dejaba el aura de la guerra de Irak, MW2 lo expande a reminiscencias de los conflictos de Rusia, guerrillas urbanas en Latinoamérica, etc.
Y cuando digo brutal, quizá la palabra queda corta. MW es un juego muy violento, pero esta secuela es verdaderamente perturbadora.
Claro, me refiero a No Russian, el polémico nivel del aeropuerto donde el jugador es puesto en cuestión si masacra o no a civiles desarmados. Una maniobra muy arriesgada, pero ciertamente magistral. Y es que ya uno debe entrar en la lógica que los videojuegos no son cosa de niños. Es un arte, que no sólo está puesto para divertir sino para interactuar con el jugador. No se busca más un receptor pasivo, sino que lo golpea, lo remueve y lo hace pensar en sus propias acciones. Meditar en qué género, que imágenes, cuánta violencia consume y cómo reacciona a ella.
En el modo de un jugador, la historia vuelve a ser terriblemente sensacional. Aunque otra vez muy corta. Ésta nos lleva desde los combates en Afganistán, a los movimientos de los ultranacionalistas seguidores de Zakhaev en Rusia. De persecuciones en las favelas de Rio de Janeiro a invasiones en suelo norteamericano. Por un lado, la historia es muy intensa dando giros constantemente y sorprendiéndote aún más. Por otro, la acción no se detiene un solo instante, haciendo al juego muy ágil que además se complementa con una mecánica y control fluido de los personajes. La calidad grafica es bastante buena, aunque no a los niveles de Killzone 2. La dificultad es variable, pues aún en veterano hay pasajes sin mayor riesgo, y otros donde realmente es algo salvaje y se necesita de una mayor estrategia. Usar bien las coberturas, granadas de humo, etc.
Para cuando uno termine el modo historia, aún tiene dos modos más. El de cooperación que me tiene enganchado y el multiplayer. Este último te da acceso a jugar en línea, desbloquear armas, subir rangos, etc. El primero te permite jugar con un amigo, en línea o junto a ti, a través de diversas misiones con distintos objetivos. Desde simples carreras, defender posiciones de enemigos, infiltrar y escapar de un GULAG ruso, acompañar y proteger a tu compañero desde un Black Hawk, etc. Para quienes disfrutan jugar con un amigo, este modo es perfecto. Requiere de trabajo en equipo, coordinación y a veces, mucha paciencia para poder sobrevivir.
En conclusión, este juego necesita estar en tu colección, justo y necesario. Un guión sensacional, acción casi cinematográfica, un interesante nivel de dificultad tanto para jugarlo solo o con un amigo que por momentos te lleva a momentos límites. Juicio final: Instant Classic!
Y cuando digo brutal, quizá la palabra queda corta. MW es un juego muy violento, pero esta secuela es verdaderamente perturbadora.
Claro, me refiero a No Russian, el polémico nivel del aeropuerto donde el jugador es puesto en cuestión si masacra o no a civiles desarmados. Una maniobra muy arriesgada, pero ciertamente magistral. Y es que ya uno debe entrar en la lógica que los videojuegos no son cosa de niños. Es un arte, que no sólo está puesto para divertir sino para interactuar con el jugador. No se busca más un receptor pasivo, sino que lo golpea, lo remueve y lo hace pensar en sus propias acciones. Meditar en qué género, que imágenes, cuánta violencia consume y cómo reacciona a ella.
En el modo de un jugador, la historia vuelve a ser terriblemente sensacional. Aunque otra vez muy corta. Ésta nos lleva desde los combates en Afganistán, a los movimientos de los ultranacionalistas seguidores de Zakhaev en Rusia. De persecuciones en las favelas de Rio de Janeiro a invasiones en suelo norteamericano. Por un lado, la historia es muy intensa dando giros constantemente y sorprendiéndote aún más. Por otro, la acción no se detiene un solo instante, haciendo al juego muy ágil que además se complementa con una mecánica y control fluido de los personajes. La calidad grafica es bastante buena, aunque no a los niveles de Killzone 2. La dificultad es variable, pues aún en veterano hay pasajes sin mayor riesgo, y otros donde realmente es algo salvaje y se necesita de una mayor estrategia. Usar bien las coberturas, granadas de humo, etc.
Para cuando uno termine el modo historia, aún tiene dos modos más. El de cooperación que me tiene enganchado y el multiplayer. Este último te da acceso a jugar en línea, desbloquear armas, subir rangos, etc. El primero te permite jugar con un amigo, en línea o junto a ti, a través de diversas misiones con distintos objetivos. Desde simples carreras, defender posiciones de enemigos, infiltrar y escapar de un GULAG ruso, acompañar y proteger a tu compañero desde un Black Hawk, etc. Para quienes disfrutan jugar con un amigo, este modo es perfecto. Requiere de trabajo en equipo, coordinación y a veces, mucha paciencia para poder sobrevivir.
En conclusión, este juego necesita estar en tu colección, justo y necesario. Un guión sensacional, acción casi cinematográfica, un interesante nivel de dificultad tanto para jugarlo solo o con un amigo que por momentos te lleva a momentos límites. Juicio final: Instant Classic!
Tags: Videogames Playstation Call of Duty Modern Warfare PS3 FPS First person shooter
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