martes, 12 de julio de 2011

The Crazies


Probablemente, el horror sobre virus e infectados (sin tomar en cuenta la variante zombie) tenga a una de sus mejores películas, y la más conocida sin duda, con 28 Days Later. Sin embargo, una de las que empieza a trabajar este tema es The Crazies (1973) de George A. Romero. Y lo que creo que las diferencia de la variante zombie, es que no se enfocan solo en los individuos, la supervivencia, etc., sino en cómo la sociedad se va perdiendo lentamente en el caos y la paranoia. Al final, dejan en descubierto lo frágil de la máscara de ser civilizado para dejar al hombre en su estado más animal. Y si bien la película de Romero tiene toda la intención de hacer esta crítica, se pierde en sí misma, abarcando más de lo que al final puede trabajar. El resultado es un intento de crítica social y política, pero que carece de profundidad.

Contrario a lo uno podría pensar, Breck Eisner trae un remake (2010) que mejora y en mucho a su antecesora.
Claro, se tiene que tener en cuenta dos hechos claves. Primero, que tampoco eran tan difícil mejorar lo hecho por Romero. Y segundo, y más importante, que Eisner deja de lado la crítica social y opta por lo más sencillo. Construye con elementos ya usados en otras películas, una buena historia de horror. No es que sea superficial, sino que es honesta consigo misma y evita abarcar demasiado para quedarse con nada.



La historia se centra en David Dutton (Timothy Olyphant), un sheriff de un apacible pueblo de Iowa, también conocido como el lugar más amistoso del planeta. Sin embargo, todo cambia desde que los habitantes empiezan a mostrar un lado más violento de su personalidad. Antes que puedan reaccionar, los habitantes comienzan a ser secuestrados, y quienes escapan, están en un estado de locura total o ya están muertos. David va en busca de su esposa, Judy (Radha Mitchell), pero antes de escapar, son arrestados por militares. Son llevados a un campo de detención, donde los habitantes habían sido colocados para estudiarlos. Sin embargo, el perímetro se rompe ante un ataque de los locos que empiezan a matar indiscriminadamente a civiles y militares. David evade a los militares y con la ayuda de su ayudante liberan a Judy y Becca, una amiga de ella. Juntos, tratan de escapar hasta la siguiente gran ciudad, enfrentándose a tres enemigos al mismo tiempo. Los locos, los militares y el virus que causa todo esto, que al interrogar a un militar, se enteran que se trata de un arma biológica soltada por error en el pueblo. El grupo es diezmado, hasta quedar solo David y Judy, que deben huir antes que el gobierno suelte un arma nuclear que contenga el brote.

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Regla básica de supervivencia: mira hacia atrás

El remake parece seguir la línea narrativa del original, pero como decía, la versión de Eisner hace unos giros interesantes que cierran algunas posibilidades pero potencian la idea final. Por ejemplo, el virus en sí no es importante en la película. Es más, uno no sabe a qué se está enfrentando hasta ya la mitad del film. Al mismo tiempo, la existencia de una inmunidad natural es murmurada por breves segundos, pero uno tiene que inferirla ya que no se trabaja esa idea. La versión de Romero en cambio, tiene a esos conceptos como base desde el inicio y eso le permite trabajar más en sus personajes y sobre todo, en el verdadero enemigo, que no es el virus, que no son los locos, sino el ejército y sobre todo, los burócratas a cargo de él. Una escena básica es cuando discuten el uso de una bomba nuclear mientras comen una fruta, haciendo gráfico el desdén por la vida humana. Aquí, el enemigo es ambiguo, si se quiere, hasta invisible.

La escena inicial permite mejorar esta idea. En un juego de baseball, la comunidad ríe y se divierte, hasta que uno de los locos entra con una escopeta a matar a todos. Hasta que David lo elimina. ¿Por qué en esta versión el crimen inicial no es íntimo sino público? Quizá mi interpretación sea arriesgada, pero creo que responde más a un miedo de la época donde cualquier loco entra a un colegio, entra a un juego y dispara a mansalva. Y esa escena, aún siendo inicial, está muy bien hecha pues juega con la idea que el monstruo puede ser cualquiera de nosotros. Y paradójicamente, puede ser que ninguno. Si Romero se jacta de unos militares ineptos, esta versión los invisibiliza, deshumaniza, y el efecto inmediato, es que son más fríos y por ende, más crueles. Otra vez, es sólo una interpretación, pero siento que el satélite a través del cual toda la situación es observada, obedece a una percepción actual de cómo se ejerce poder y control. Es decir, a través de la vigilancia de cámaras y satélites que nos reduzcan a ser objetos de la mirada de un ojo omnisciente.

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Estos son peores que los locos.

Por supuesto, fuera de cualquier lectura libre, lo concreto es que The Crazies es una buena película. Es coherente, mejora ostensiblemente su ritmo frente a la original y es visualmente atractiva. Además la actuación de Olyphant es bastante convincente y tiene un par de escenas que pagan por la película, como la del loco con el rastrillo. Tampoco quiero decir que sea una maravilla pues sus defectos son evidentes, sobre todo la nula innovación. Pero ni que haya que descubrir la pólvora en un género que ya ha visto casi todo. Armando bien lo que se tiene, puede salir algo bueno y demostrar que se puede confiar en los remakes.


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