sábado, 2 de julio de 2011

Our Worlds at War


Una constante en las historias que leemos es la lucha del bien y el mal, en cualquier tipo de manifestación que estos dos conceptos se den. Como la vida real te enseña, los absolutos no existen y si los hay, están muy escondidos. No obstante, en estas historias es pan de cada día que aparezca un villano que englobe todos los valores del mal y una obvia contraparte que luche contra él y lo derrote. En los comics, esto a veces es llevado a extremos y de luchas entre individuos, pasamos a conflictos a gran escala. Crossovers entre personajes de una compañía en mega eventos que cambian el destino del universo de ésta. Y donde la vida y la muerte, redefine a los héroes y villanos.


Our Worlds at War (2001) es uno de esos eventos. O intentó serlo. La trama central introduce a Imperiex, un nuevo enemigo que destruirá nuestra galaxia para traer un nuevo orden y obviamente, todos los héroes del universo de DC intentarán detenerlo. Sin embargo, otros personajes con roles menos definidos entrarán en escena con su propia agenda. Uno de ellos, el presidente Luthor, con complejo divino llega a ser eje de la serie por pasajes. Y es difícil encasillarlo como héroe o villano por sus decisiones que exentas de maldad, normalmente no son las más plausibles. Otro grupo de personajes, la alianza extraterrestre, tiene en un enemigo jurado de la Tierra como Darkseid un sujeto que brinda a la serie de un seguro foco de tensión.

El comienzo de la guerra es apoteósico. Con un ataque brutal y genocida de Imperiex directo a Kansas y destruyendo todo a su paso, incluyendo Smallville y la casa de los Kent. Esta estrategia demostró ser efectiva, ya que fue repetida en Atlantis y en Gotham City, desviando la atención de los principales héroes y nombres de la Justice League y con la mayor defensa de la Tierra mermada, la masacre no se hizo esperar. Poco a poco, los principales héroes de DC fueron cayendo como moscas ante el aplastante poder de Imperiex.

Pero todo esto, no lleva a la serie por un buen camino como podría pensarse a priori. Haber eliminado tan rápido a la Justice League tuvo dos efectos claros en la serie. El primero es que en los títulos que componen la serie, fuera de los tres grandes como son Superman, Batman y Wonder Woman, el resto llega a ser un simple relleno. Supergirl y Young Justice, son de lo más bajo, con una insoportable Supergirl y un comic que parece salido de Cartoon Network como la Young Justice. Superboy tampoco da la talla, y los números especiales de OWAW flaquean en su intento de elevar la calidad y dramatismo del evento.

El segundo efecto y defecto de la ausencia de héroes, es la preponderancia desmesurada de Superman. Con 4 títulos a su disposición (Superman, Action Comics, Adventures of Superman y Superman: The Man of Steel), el hombre de acero nos da motivos para pensar que un nombre más apropiado para la serie sería Superman… y restos del mundo.

Otro punto de crítica, y esto puede ser subjetivo, es la presencia de extractos de discursos históricos en la serie. Especialmente en los números más importantes y de mayor relevancia. Quizá porque no tengo interés en John F. Kennedy, el Gral. McArthur, u otro personaje histórico americano, pero encontré a estos discursos incómodos ya que en lugar de aportar a la historia, eran un elemento de distracción.

Por último, y derivado de unos los puntos que ya mencioné, es que lamentablemente OWAW no produce un gran impacto en el universo de DC. Basta decir, que luego de terminada la guerra, sólo hay 3 bajas que lamentar. Obviamente murieron millones, pero solo tres a los que se les da espacio y de esas 3, sólo una villana redimida y una heroína que de verdad importa en DC. Ah, lo olvidaba, un héroe y todo su reino están perdidos.

Sería mezquino no indicar que de los momentos importantes de la serie, hay que resaltar que son bien tratados. Entre esos episodios, no dudo en recomendar la historia de la reina Hippolyta, la participación de la JSA y por supuesto el mejor número de toda la serie: Worlds Finest: Our Worlds at War.

En el epílogo, cada facción o grupo de individuos ofrece un punto de vista de la guerra. Donde la victoria no se siente como tal, sino como la más cara de las derrotas. En ello, las escenas de la JSA y la última conversación de Superman con Lois en los restos de la granja Kent, constituyen después de la guerra los pasajes más logrados. Y me hacen pensar que esa cuota de tragedia y drama, debió ser uno de los pilares que sostenga la trama central ya que no sólo el aspecto bélico puede hacerlo por sí mismo y menos aún el humor de Supergirl, Superboy y los Young Justice. Como conclusión, OWAW fue una historia de prescindible para regular sin llegar nunca a alzar vuelo.


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Aunque no llega a ser un villano memorable, Imperiex intenta dar la talla.

Historia: 6/10
Arte: 5/10
BZ rating: 6/10



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