Cuando compré esta película, me dijeron que a la media hora me iba a levantar a insultar a David Lynch por no saber qué estaba viendo. Se equivocaron, fue a los 20 minutos. Pero es todo parte de la experiencia, es reaccionar ante un universo complejo e imposible de racionalizar sin sentir que dejas mucho afuera. Yo no quiero quedarme con una interpretación de la película, pues seguramente es un sesgo de todo lo que Lynch muestra, pero al menos quiero deslizar mi punto de vista con el que al menos siento que entendí el horror de este singular viaje. Aunque no la comparta del todo, me gusta esta frase de Zizek: “En Lost Highway, tenemos la oposición entre dos horrores, el horror fantasmático del universo noir de pesadilla, marcado por el sexo perverso, la traición y el asesinato, y la (tal vez más inquietante) desesperación de nuestra aburrida y “alienada” vida cotidiana, marcada por la desconfianza y la impotencia”.
Creo que es una muy buena entrada a la película ya que si tuviese que escoger un camino para poder entenderla, definitivamente la posición del sujeto respecto al goce sexual prima sobre otros significados. Lynch nos presenta la historia de un saxofonista, Fred Madison (Bill Pullman), quien un día recibe una extraña llamada que le dice que Dick Laurent está muerto. Obviamente, él no tiene la menor idea de quién es el tal Dick. Fred está casado con la bella Renee (Patricia Arquette). Pero el matrimonio entre ambos no está funcionando, incluso Fred sospecha que su esposa le es infiel. En una fiesta, mientras Renee coqueteaba con un tipo que conoció de joven: Andy. Allí, Fred se encuentra con el “hombre misterioso” (Robert Blake) que ha estado filmando al matrimonio, quien asegura conocer todo sobre Fred. Luego de este extraño encuentro, Renee aparece muerta y Fred es encontrado culpable sin el menor recuerdo de qué ha pasado. Sentenciado a muerte, Fred intenta recordar el suceso y entre constantes dolores de cabeza, amanece como otra persona: Pete Dayton (Balthazar Getty).
Al contrario de Fred, Pete es joven, tremendamente exitoso con las mujeres y algo irresponsable. En vista que él no era el hombre acusado del asesinato de Renee, es liberado y regresa a su trabajo donde lo espera su mejor cliente, Mr. Eddy (Robert Loggia). Él es típico mafioso, un tipo duro, adinerado, dueño de una ética basada en el respeto al superior y por supuesto, que tiene a todas las mujeres que pueda comprar. Su mujer, Alice (otra vez Patricia Arquette) seduce a Pete y lo envuelve en un torrente sexual, perdiéndolo completamente. Obviamente, Mr. Eddy va a tener que matarlo y para escapar de él, Alice convence a Pete que deben robarle a Andy, el hombre que la hizo conocer a Mr. Eddy y que la hizo trabajar como prostituta y actriz de películas porno, cuyo productor es Dick Laurent, también conocido como Mr. Eddy. Pete mata a Andy, le roban y van a la casa de quien les facilitaría el dinero. Pero como éste no se encontraba, aprovechan para hacer el amor descontroladamente y en el momento de mayor éxtasis, Pete le declara su amor para que Alice le enrostre que jamás sería de él. Alice se marcha desnuda, dejando ya no a Pete descorazonado, sino a Fred que se levanta y se dirige a la casa que pertenece no otro que al “hombre misterioso”.
Fred comprende ahora lo que ha estado ocurriendo y se dirige al motel “Lost Highway” en donde Mr. Eddy está teniendo sexo con Renee. Fred llega, rapta a Mr. Eddy y en un páramo lo ejecuta con la ayuda del “hombre misterioso” quien le susurra a Fred algo al oído. Al día siguiente, Fred llega a su casa, toca el intercomunicador y exclama que Dick Laurent está muerto. La policía llega en ese momento y Fred maneja a toda velocidad por la carretera hacia el infinito.
Normalmente, yo no cuento las películas, pero con una historia tan alucinante como ésta, merece hacerse una excepción para no perderse. De las interpretaciones que he leído, encuentro muy difícil de aceptar las que indican que hay dos líneas narrativas, una de la “realidad” con Fred y otra de lo “onírico” con Pete. O que en el momento de la muerte, Pete sea una manifestación de escape. Creo realmente que esto es un absurdo que limita una lectura más amplia del texto. Algo es evidente y creo que cualquiera puede verlo. Pete y Fred son la misma persona. Incluso comparten el mismo fracaso con el mismo objeto de deseo que es Renee/Alice. La diferencia es el acercamiento a ella. Lo de Fred y Renee raya con lo ridículo del hombre castrado. Entre ambos no existe una sana relación sexual, el hombre es objeto de lástima, lleno de dudas sobre su propia sexualidad y masculinidad. Entre Pete y Alice es algo distinto. El encuentro entre ambos es explosivo, Pete tiene a una novia, tiene a esta amante, es todo lo que Fred desearía ser. O tal vez fue. Pero ambos terminarán perdiéndola. El primero por un obstáculo inherente. Es la duda si su mujer le es infiel lo que limita su potencia sexual. El segundo por un obstáculo exterior (Mr. Eddy) que pone un coto a esta sexualidad exuberante. Esto no es un mayor trabajo sino traducir la primera frase de Zizek.
Lo que sí terminaría de añadir una capa de interpretación propia, sería pensar que Fred no sólo no es uno, ni dos (Fred/Pete) sino que es todos. Tanto Mr. Eddy como el mismo “hombre misterioso”. Fred y Pete en el fondo creo que son caras de la misma moneda frente a la imposibilidad de hacerse uno con la mujer. Allí aparece la antítesis que es Mr. Eddy. Él es el hombre de la excepción. Aquel que puede poseer a todas sin restricción alguna y lo que Fred/Pete desearía ser. El “hombre misterioso” pareciera ser otro parte de Fred. Cuando está en la fiesta y le dice a Fred “yo estoy en tu casa”, y uno ya sabe que él es quien ha estado filmando a Fred, da pie a pensarlo como aquel que tiene acceso a todas nuestras fantasías y deseos más íntimos. Él, siendo parte del inconsciente, nos presta atención en todo momento, inclusive en nuestras acciones más íntimas por ello, el “hombre misterioso” tiene este fetiche de la cámara, de registrarlo todo. Recordemos que Fred quiere saber qué pasa con su esposa, quiere hurgar detrás de las puertas y tener la prueba de la infidelidad y es el “hombre misterioso” quien termina de dar un sentido al sinsentido.
Toda la película, como la vida de Fred, está llena de detalles sueltos, caminos no lógicos, quiebres temporales, significantes sin significados. Sólo a través de este “hombre misterioso”, que para mí es una parte de Fred, todas estas piezas cobran sentido. La principal es “Dick Laurent is dead” ya que al inicio de la película tiene un sentido totalmente distinto que hacia el final. Ahora Fred tiene una competencia distinta frente a esta indescifrable pesadilla. ¿Importa que Fred sea culpable del asesinato? ¿Es importante saber si morirá o no? Creo que no. Que una clave para entrar a Lost Highway es tener en cuenta que no hay una realidad, un sujeto indivisible, un único camino lógico sino esta multiplicidad de caminos, tiempos y espacios, de muertes y renacimientos. Y en el peor de los casos, también puedes levantarte a la media hora e insultar a Lynch. Nadie te va a culpar.
Nota a pie de página. La música de esta película es para diez puntos. En eso sí no hay más vueltas que darle.
Creo que es una muy buena entrada a la película ya que si tuviese que escoger un camino para poder entenderla, definitivamente la posición del sujeto respecto al goce sexual prima sobre otros significados. Lynch nos presenta la historia de un saxofonista, Fred Madison (Bill Pullman), quien un día recibe una extraña llamada que le dice que Dick Laurent está muerto. Obviamente, él no tiene la menor idea de quién es el tal Dick. Fred está casado con la bella Renee (Patricia Arquette). Pero el matrimonio entre ambos no está funcionando, incluso Fred sospecha que su esposa le es infiel. En una fiesta, mientras Renee coqueteaba con un tipo que conoció de joven: Andy. Allí, Fred se encuentra con el “hombre misterioso” (Robert Blake) que ha estado filmando al matrimonio, quien asegura conocer todo sobre Fred. Luego de este extraño encuentro, Renee aparece muerta y Fred es encontrado culpable sin el menor recuerdo de qué ha pasado. Sentenciado a muerte, Fred intenta recordar el suceso y entre constantes dolores de cabeza, amanece como otra persona: Pete Dayton (Balthazar Getty).
Al contrario de Fred, Pete es joven, tremendamente exitoso con las mujeres y algo irresponsable. En vista que él no era el hombre acusado del asesinato de Renee, es liberado y regresa a su trabajo donde lo espera su mejor cliente, Mr. Eddy (Robert Loggia). Él es típico mafioso, un tipo duro, adinerado, dueño de una ética basada en el respeto al superior y por supuesto, que tiene a todas las mujeres que pueda comprar. Su mujer, Alice (otra vez Patricia Arquette) seduce a Pete y lo envuelve en un torrente sexual, perdiéndolo completamente. Obviamente, Mr. Eddy va a tener que matarlo y para escapar de él, Alice convence a Pete que deben robarle a Andy, el hombre que la hizo conocer a Mr. Eddy y que la hizo trabajar como prostituta y actriz de películas porno, cuyo productor es Dick Laurent, también conocido como Mr. Eddy. Pete mata a Andy, le roban y van a la casa de quien les facilitaría el dinero. Pero como éste no se encontraba, aprovechan para hacer el amor descontroladamente y en el momento de mayor éxtasis, Pete le declara su amor para que Alice le enrostre que jamás sería de él. Alice se marcha desnuda, dejando ya no a Pete descorazonado, sino a Fred que se levanta y se dirige a la casa que pertenece no otro que al “hombre misterioso”.
Fred comprende ahora lo que ha estado ocurriendo y se dirige al motel “Lost Highway” en donde Mr. Eddy está teniendo sexo con Renee. Fred llega, rapta a Mr. Eddy y en un páramo lo ejecuta con la ayuda del “hombre misterioso” quien le susurra a Fred algo al oído. Al día siguiente, Fred llega a su casa, toca el intercomunicador y exclama que Dick Laurent está muerto. La policía llega en ese momento y Fred maneja a toda velocidad por la carretera hacia el infinito.
Normalmente, yo no cuento las películas, pero con una historia tan alucinante como ésta, merece hacerse una excepción para no perderse. De las interpretaciones que he leído, encuentro muy difícil de aceptar las que indican que hay dos líneas narrativas, una de la “realidad” con Fred y otra de lo “onírico” con Pete. O que en el momento de la muerte, Pete sea una manifestación de escape. Creo realmente que esto es un absurdo que limita una lectura más amplia del texto. Algo es evidente y creo que cualquiera puede verlo. Pete y Fred son la misma persona. Incluso comparten el mismo fracaso con el mismo objeto de deseo que es Renee/Alice. La diferencia es el acercamiento a ella. Lo de Fred y Renee raya con lo ridículo del hombre castrado. Entre ambos no existe una sana relación sexual, el hombre es objeto de lástima, lleno de dudas sobre su propia sexualidad y masculinidad. Entre Pete y Alice es algo distinto. El encuentro entre ambos es explosivo, Pete tiene a una novia, tiene a esta amante, es todo lo que Fred desearía ser. O tal vez fue. Pero ambos terminarán perdiéndola. El primero por un obstáculo inherente. Es la duda si su mujer le es infiel lo que limita su potencia sexual. El segundo por un obstáculo exterior (Mr. Eddy) que pone un coto a esta sexualidad exuberante. Esto no es un mayor trabajo sino traducir la primera frase de Zizek.
Lo que sí terminaría de añadir una capa de interpretación propia, sería pensar que Fred no sólo no es uno, ni dos (Fred/Pete) sino que es todos. Tanto Mr. Eddy como el mismo “hombre misterioso”. Fred y Pete en el fondo creo que son caras de la misma moneda frente a la imposibilidad de hacerse uno con la mujer. Allí aparece la antítesis que es Mr. Eddy. Él es el hombre de la excepción. Aquel que puede poseer a todas sin restricción alguna y lo que Fred/Pete desearía ser. El “hombre misterioso” pareciera ser otro parte de Fred. Cuando está en la fiesta y le dice a Fred “yo estoy en tu casa”, y uno ya sabe que él es quien ha estado filmando a Fred, da pie a pensarlo como aquel que tiene acceso a todas nuestras fantasías y deseos más íntimos. Él, siendo parte del inconsciente, nos presta atención en todo momento, inclusive en nuestras acciones más íntimas por ello, el “hombre misterioso” tiene este fetiche de la cámara, de registrarlo todo. Recordemos que Fred quiere saber qué pasa con su esposa, quiere hurgar detrás de las puertas y tener la prueba de la infidelidad y es el “hombre misterioso” quien termina de dar un sentido al sinsentido.
Toda la película, como la vida de Fred, está llena de detalles sueltos, caminos no lógicos, quiebres temporales, significantes sin significados. Sólo a través de este “hombre misterioso”, que para mí es una parte de Fred, todas estas piezas cobran sentido. La principal es “Dick Laurent is dead” ya que al inicio de la película tiene un sentido totalmente distinto que hacia el final. Ahora Fred tiene una competencia distinta frente a esta indescifrable pesadilla. ¿Importa que Fred sea culpable del asesinato? ¿Es importante saber si morirá o no? Creo que no. Que una clave para entrar a Lost Highway es tener en cuenta que no hay una realidad, un sujeto indivisible, un único camino lógico sino esta multiplicidad de caminos, tiempos y espacios, de muertes y renacimientos. Y en el peor de los casos, también puedes levantarte a la media hora e insultar a Lynch. Nadie te va a culpar.
Nota a pie de página. La música de esta película es para diez puntos. En eso sí no hay más vueltas que darle.
Tags: Película Thriller Drama Misterio David Lynch Lost Highway Carretera Perdida Bill Pullman Patricia Arquette Balthazar Getty Robert Blake Slavoj Zizek
No hay comentarios.:
Publicar un comentario