En los últimos años, Call of Duty se había erigido como la referencia en cuanto a los First Person Shooters gracias al magnífico trabajo que habían hecho con su serie Modern Warfare. Sin embargo, la salida de Infinity Ward, el equipo detrás de esta serie trajo algunas dudas respecto al siguiente título, Black Ops (2010) a cargo de Treyarch y unas cuantas cejas levantadas cuando se confirmaba que la trama giraría a la guerra de Vietnam y la invasión de Estados Unidos a Cuba, dos de los mayores fracasos bélicos de ese país.
Hay que admitir que la movida de Treyarch era arriesgada pues entraba a un terreno gris y las representaciones de estas guerras en el imaginario popular estaban paradójicamente más relacionadas a un discurso antibélico con cintas como Apocalypse Now, Full Metal Jacket, entre otras. Por tanto, sostener un guión que elogie a las fuerzas armadas (a lo Medal of Honor) hubiese resultado inverosímil. Por ello el guión de Black Ops, mezcla de paranoia y una verdad construida a retazos calza perfecto con cuotas de drama, acción, misterio, thriller siguiendo la receta de empatar a los videojuegos con el lenguaje cinematográfico como la trilogía de Bourne, entre otras, con un twist end a lo Fight Club.
La historia central, tiene poco o nada que reprochársela pues no solo mantiene el misterio acerca de la verdad detrás de Alex Mason, el personaje central del juego, y por ende las ganas de seguir avanzando sino que está bien trabajada en cuanto a la recreación de los escenarios como La Habana, y el manejo de referencias culturales te esta turbulenta época de la Guerra Fría. Hasta el uso de una canción clásica como Sympathy for the Devil de los Rolling Stones nos trae a la memoria a cintas como la Scorsese que mencioné al inicio o una serie como Tour of Duty que fue mi primera referencia a Vietnam, cuya intro no era otra que Paint in Black de los Stones.
Sin embargo, desde mi punto de vista, las mayores falencias de Black Ops vienen por el apartado gráfico y sonoro. Visualmente no es nada del otro mundo, y puede sonar a una crítica superflua pero no lo es. En un mercado tan competitivo donde cada juego eleva la barra prácticamente cada seis meses y hemos visto maravillas como Killzone 2, Uncharted 2, God of War 3, gráficos casi al nivel de Medal of Honor es algo para preocuparse. Y sobre el aspecto sonoro, al menos en la versión de PS3 sentía que los efectos de sonido eran bien pobres, con disparos y explosiones que no daban la talla. Y sobre la música, pues no hay punto de comparación entre el trabajo espectacular de Hans Zimmer (también compositor para Gladiator, The Dark Knight, etc.) para Modern Warfare 2 y la cumplidora banda sonora de Sean Murray que difícilmente se pueda quedar grabada en tu memoria.
No obstante, el modo multiplayer es donde Black Ops saca a relucir sus mejores armas. Sin necesidad de inventar la polvora, sino que tomando todo lo bueno de los Modern Warfare y añadiéndole interesantes opciones han sacado un modo en línea que asegura por completo la vigencia de su producto. Si bien yo sabía que me iba a comprar este juego, lo que me decidió a no dejar pasar un día más sin tenerlo en mi colección era la posibilidad de jugar con mi hermano al mismo tiempo una partida de Team Deathmatch, Domination o lo que quiera en línea. Eso es algo tan básico y que se nos estaba negando. Otro punto a favor de Black Ops es que además de ganar experiencia por partida, puedas ganar COD points o “dinero” (a través de cumplir ciertos retos o comprar contratos) para personalizar tu juego. Es decir, comprar armas, accesorios para ellas, que van desde opciones importantes como miras telescópicas hasta nimiedades como cambiar el color y la forma de la retícula. O personalizar a tu personaje y hasta grabar tus mejores partidas que lo único que hace es darle más vida al juego. El modo zombie es entretenido, especialmente jugar con Fidel Castro, pero yo hubiese preferido las Special Ops de MW2. En fin, no se puede tener todo.
En resumen, cualquier atisbo de duda, quedo despejado por el muy buen trabajo de Treyarch. Black Ops baja la tonalidad polémica (vamos, solo Cuba puso el grito en el cielo) que las anteriores entregas de Call of Duty las habían tomado como característica inherente, pero no quita que hayan entregado un título sólido, variado, muy divertido y seamos honestos, tremendamente adictivo.
Hay que admitir que la movida de Treyarch era arriesgada pues entraba a un terreno gris y las representaciones de estas guerras en el imaginario popular estaban paradójicamente más relacionadas a un discurso antibélico con cintas como Apocalypse Now, Full Metal Jacket, entre otras. Por tanto, sostener un guión que elogie a las fuerzas armadas (a lo Medal of Honor) hubiese resultado inverosímil. Por ello el guión de Black Ops, mezcla de paranoia y una verdad construida a retazos calza perfecto con cuotas de drama, acción, misterio, thriller siguiendo la receta de empatar a los videojuegos con el lenguaje cinematográfico como la trilogía de Bourne, entre otras, con un twist end a lo Fight Club.
La historia central, tiene poco o nada que reprochársela pues no solo mantiene el misterio acerca de la verdad detrás de Alex Mason, el personaje central del juego, y por ende las ganas de seguir avanzando sino que está bien trabajada en cuanto a la recreación de los escenarios como La Habana, y el manejo de referencias culturales te esta turbulenta época de la Guerra Fría. Hasta el uso de una canción clásica como Sympathy for the Devil de los Rolling Stones nos trae a la memoria a cintas como la Scorsese que mencioné al inicio o una serie como Tour of Duty que fue mi primera referencia a Vietnam, cuya intro no era otra que Paint in Black de los Stones.
Sin embargo, desde mi punto de vista, las mayores falencias de Black Ops vienen por el apartado gráfico y sonoro. Visualmente no es nada del otro mundo, y puede sonar a una crítica superflua pero no lo es. En un mercado tan competitivo donde cada juego eleva la barra prácticamente cada seis meses y hemos visto maravillas como Killzone 2, Uncharted 2, God of War 3, gráficos casi al nivel de Medal of Honor es algo para preocuparse. Y sobre el aspecto sonoro, al menos en la versión de PS3 sentía que los efectos de sonido eran bien pobres, con disparos y explosiones que no daban la talla. Y sobre la música, pues no hay punto de comparación entre el trabajo espectacular de Hans Zimmer (también compositor para Gladiator, The Dark Knight, etc.) para Modern Warfare 2 y la cumplidora banda sonora de Sean Murray que difícilmente se pueda quedar grabada en tu memoria.
No obstante, el modo multiplayer es donde Black Ops saca a relucir sus mejores armas. Sin necesidad de inventar la polvora, sino que tomando todo lo bueno de los Modern Warfare y añadiéndole interesantes opciones han sacado un modo en línea que asegura por completo la vigencia de su producto. Si bien yo sabía que me iba a comprar este juego, lo que me decidió a no dejar pasar un día más sin tenerlo en mi colección era la posibilidad de jugar con mi hermano al mismo tiempo una partida de Team Deathmatch, Domination o lo que quiera en línea. Eso es algo tan básico y que se nos estaba negando. Otro punto a favor de Black Ops es que además de ganar experiencia por partida, puedas ganar COD points o “dinero” (a través de cumplir ciertos retos o comprar contratos) para personalizar tu juego. Es decir, comprar armas, accesorios para ellas, que van desde opciones importantes como miras telescópicas hasta nimiedades como cambiar el color y la forma de la retícula. O personalizar a tu personaje y hasta grabar tus mejores partidas que lo único que hace es darle más vida al juego. El modo zombie es entretenido, especialmente jugar con Fidel Castro, pero yo hubiese preferido las Special Ops de MW2. En fin, no se puede tener todo.
En resumen, cualquier atisbo de duda, quedo despejado por el muy buen trabajo de Treyarch. Black Ops baja la tonalidad polémica (vamos, solo Cuba puso el grito en el cielo) que las anteriores entregas de Call of Duty las habían tomado como característica inherente, pero no quita que hayan entregado un título sólido, variado, muy divertido y seamos honestos, tremendamente adictivo.
Tags: PS3 Videogames First person shooter Playstation Call of Duty Black Ops Guerra
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