¿Alguna vez se han preguntado para qué sirven los héroes? Ellos traen a nuestra realidad un orden que nosotros como seres humanos y simplones, somos incapaces de lograr. Un héroe por defecto, implica un ser con valores suprahumanos, un plus que tú ni yo tenemos. Por ende, ¿es posible creer en un mundo de héroes? Pues absolutamente no. Eso sería una negación ontológica ya que no serían mejores o superiores al resto.
¿Acaso lo mismo se puede preguntar sobre un villano? ¿Es imposible imaginar una realidad dominada por criminales? Pues no. Para ser uno, nosotros no necesitamos de tanta parafernalia, simplemente mandar al diablo las caretas que la sociedad nos impone.
Escrita por Mark Millar y con el arte de J.G. Jones, Wanted (2005), como en su momento lo hizo Watchmen, trabaja sobre la base de un universo disotópico y antagónico a la figura del superhéroe. En la obra de Moore, es palpable la lógica de la anti-veneración al héroe para acercarlo al ser humano común. Millar también trabaja sobre la deconstrucción del héroe, pero en un giro más radical, lo destruye, los mata sin contemplaciones para dejar una realidad dominada con súper villanos. El universo de Wanted se rige bajo la lógica del deus-ex-machina, donde el ser humano es menos que un peón en un juego, es casi un borrego sin voluntad y valor y quizá la escena que mejor representa este punto es cuando Wesley Gibson asesina por inercia a los individuos de la comisaría. Este es un concepto recurrente en los trabajos de Millar, la careta de la realidad o la idea que existe algo más allá de lo tangible.
Un último comentario a ese punto. De ninguna manera trato de crear puentes entre Wanted y Watchmen donde no existen. He leído que a la obra de Millar la promocionan como la “Watchmen de los villanos” y no podría estar más en desacuerdo. En primer lugar porque a diferencia de la novela de Moore, la de Millar evita entrar a los distintos niveles de interpretación. Wanted es más simple y sencilla en su objetivo, y por ello es necesario leerla desde un plano literario y no simbólico como a Watchmen. Esta novela es totalmente satírica y cínica, lo reconoce, lo muestra y es orgullosa en eso. Y en segundo lugar porque el personaje central no es el supervillano, sino el humano común y corriente. En eso se basa esta obra. Que somos nada siendo un pedazo de la sociedad, casi una excrescencia que puede ser eliminada cuando se desee. A menos que tomemos consciencia de nuestra patética condición.
Spider-Man nos tiene hastiados al repetir ad nauseam que “con gran poder viene gran responsabilidad”. The Killer le respondería simplemente, “Fuck you!”. Wanted es una oda al narcisismo, a la egolatría, al culto al yo. Si tienes el poder, úsalo para ti. ¿Y qué de malo hay en ello? Personalmente, soy abiertamente nihilista y misántropo, con escasa o nula fe en héroes y mitos, así que la construcción de un personaje como Wesley Gibson me resulta creíble y sólida por momentos.
Hablar de los puntos fuertes de esta novela es sencillo. Empezando por lo más básico. Siempre he tenido un grado de empatía por el malo de la novela, siempre y cuando sea memorable, desde el Joker y Luthor en DC, Dr. Doom y Magneto en Marvel, hasta Willie Coyote. Pero para mi decepción, siempre los veía derrotados. Así que verlos triunfantes en Wanted es una refrescante mirada al equilibrio de estos polos opuestos y aún mejor si es decorada con excesiva violencia gráfica, sexo y más violencia y sangre. Segundo punto a favor, es la constante sátira al mundo de comics y superhéroes. Recurriendo a las parodias de los héroes, especialmente de DC, pero también a momentos que marcaron historia en la industria. La gran guerra que terminó con la muerte de los héroes en 1986, es una clara alusión a la Crisis on Infinite Earths.
Mi superpoder es simplemente matar gente.
Mi don especial es hacer que la gente deje de respirar. Y a veces eso es más aterrador que cualquier otro poder junto.
Pero Wanted tiene dos puntos en contra que bajan la calidad de la novela. El primero es el tamaño de la serie. 6 números es muy poco y definitivamente juega en contra de la historia y los personajes. Si la introducción del conflicto es magistral, el desarrollo es abrumadoramente apresurado. The Future como Adam-One y The Emperor que deberían haber tenido más preponderancia en el desenlace de la guerra civil entre criminales, tienen al final una nimia participación que los hace pasar desapercibidos en la vorágine de acción. Y la batalla final contra Mr. Rictus, el némesis principal de la obra, se resuelve de una manera algo forzada y acelerada.
No obstante, es en el último número donde muchos lectores han encontrado el mayor problema. El número final es la respuesta al misterio de la muerte del Killer original y padre de Gibson. Ante la acción ininterrumpida que significó la serie hasta ese momento, era posible que el final opte por un ritmo más cadencioso que permita reordenar los eventos. Como dije al inicio, Millar tiende a construir sus universos bajo la lógica que siempre hay algo más allá de lo que vemos, y con el final de Wanted no es la excepción. Pero lamentablemente, esto se siente que desencaja con todo lo que ha sido construido y con la naturaleza de sus personajes. Y me parece que la lección final, es algo ya redundante, pues hacía rato que el lector había entendido la idea de su futilidad en la sociedad.
En palabras generales, Wanted es una muy buena serie, una de las mejores que he leído. No llega a ser la mejor por estos dos puntos que menciono, pero que tampoco le quita que cualquier persona pueda disfrutarla. Eso sí, se recomienda leerla cuando se sientan con pocos escrúpulos y cuando quieran mandar a la m a todos.
¿Acaso lo mismo se puede preguntar sobre un villano? ¿Es imposible imaginar una realidad dominada por criminales? Pues no. Para ser uno, nosotros no necesitamos de tanta parafernalia, simplemente mandar al diablo las caretas que la sociedad nos impone.
Escrita por Mark Millar y con el arte de J.G. Jones, Wanted (2005), como en su momento lo hizo Watchmen, trabaja sobre la base de un universo disotópico y antagónico a la figura del superhéroe. En la obra de Moore, es palpable la lógica de la anti-veneración al héroe para acercarlo al ser humano común. Millar también trabaja sobre la deconstrucción del héroe, pero en un giro más radical, lo destruye, los mata sin contemplaciones para dejar una realidad dominada con súper villanos. El universo de Wanted se rige bajo la lógica del deus-ex-machina, donde el ser humano es menos que un peón en un juego, es casi un borrego sin voluntad y valor y quizá la escena que mejor representa este punto es cuando Wesley Gibson asesina por inercia a los individuos de la comisaría. Este es un concepto recurrente en los trabajos de Millar, la careta de la realidad o la idea que existe algo más allá de lo tangible.
Un último comentario a ese punto. De ninguna manera trato de crear puentes entre Wanted y Watchmen donde no existen. He leído que a la obra de Millar la promocionan como la “Watchmen de los villanos” y no podría estar más en desacuerdo. En primer lugar porque a diferencia de la novela de Moore, la de Millar evita entrar a los distintos niveles de interpretación. Wanted es más simple y sencilla en su objetivo, y por ello es necesario leerla desde un plano literario y no simbólico como a Watchmen. Esta novela es totalmente satírica y cínica, lo reconoce, lo muestra y es orgullosa en eso. Y en segundo lugar porque el personaje central no es el supervillano, sino el humano común y corriente. En eso se basa esta obra. Que somos nada siendo un pedazo de la sociedad, casi una excrescencia que puede ser eliminada cuando se desee. A menos que tomemos consciencia de nuestra patética condición.
Spider-Man nos tiene hastiados al repetir ad nauseam que “con gran poder viene gran responsabilidad”. The Killer le respondería simplemente, “Fuck you!”. Wanted es una oda al narcisismo, a la egolatría, al culto al yo. Si tienes el poder, úsalo para ti. ¿Y qué de malo hay en ello? Personalmente, soy abiertamente nihilista y misántropo, con escasa o nula fe en héroes y mitos, así que la construcción de un personaje como Wesley Gibson me resulta creíble y sólida por momentos.
Hablar de los puntos fuertes de esta novela es sencillo. Empezando por lo más básico. Siempre he tenido un grado de empatía por el malo de la novela, siempre y cuando sea memorable, desde el Joker y Luthor en DC, Dr. Doom y Magneto en Marvel, hasta Willie Coyote. Pero para mi decepción, siempre los veía derrotados. Así que verlos triunfantes en Wanted es una refrescante mirada al equilibrio de estos polos opuestos y aún mejor si es decorada con excesiva violencia gráfica, sexo y más violencia y sangre. Segundo punto a favor, es la constante sátira al mundo de comics y superhéroes. Recurriendo a las parodias de los héroes, especialmente de DC, pero también a momentos que marcaron historia en la industria. La gran guerra que terminó con la muerte de los héroes en 1986, es una clara alusión a la Crisis on Infinite Earths.
Mi superpoder es simplemente matar gente.
Mi don especial es hacer que la gente deje de respirar. Y a veces eso es más aterrador que cualquier otro poder junto.
Pero Wanted tiene dos puntos en contra que bajan la calidad de la novela. El primero es el tamaño de la serie. 6 números es muy poco y definitivamente juega en contra de la historia y los personajes. Si la introducción del conflicto es magistral, el desarrollo es abrumadoramente apresurado. The Future como Adam-One y The Emperor que deberían haber tenido más preponderancia en el desenlace de la guerra civil entre criminales, tienen al final una nimia participación que los hace pasar desapercibidos en la vorágine de acción. Y la batalla final contra Mr. Rictus, el némesis principal de la obra, se resuelve de una manera algo forzada y acelerada.
No obstante, es en el último número donde muchos lectores han encontrado el mayor problema. El número final es la respuesta al misterio de la muerte del Killer original y padre de Gibson. Ante la acción ininterrumpida que significó la serie hasta ese momento, era posible que el final opte por un ritmo más cadencioso que permita reordenar los eventos. Como dije al inicio, Millar tiende a construir sus universos bajo la lógica que siempre hay algo más allá de lo que vemos, y con el final de Wanted no es la excepción. Pero lamentablemente, esto se siente que desencaja con todo lo que ha sido construido y con la naturaleza de sus personajes. Y me parece que la lección final, es algo ya redundante, pues hacía rato que el lector había entendido la idea de su futilidad en la sociedad.
En palabras generales, Wanted es una muy buena serie, una de las mejores que he leído. No llega a ser la mejor por estos dos puntos que menciono, pero que tampoco le quita que cualquier persona pueda disfrutarla. Eso sí, se recomienda leerla cuando se sientan con pocos escrúpulos y cuando quieran mandar a la m a todos.
Historia: 8/10
Arte: 8/10
BZ rating: 8/10
Tags: Wanted Top Cow Comics Mark Millar J. G. Jones Wesley Gibson The Killer
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