Cuando mi madre viajó a Buenos Aires el 2009, me trajo varios libros de allá, uno de ellos fue éste de Horacio Vásquez-Rial, el cual como debe de suponerse, es un autor practicamente ignoto por estos lares (Lima y por tanto, Perú). Eso quizá avivó más mi deseo de leerlo y es que estoy hastiado de la narrativa peruana, tan mimética, tan reiterativa y con el fetiche del lugar común.
El Camino del Norte comienza con la llamada del protagonista a su prima, la cual no lo reconoce o no quiere hacerlo ya que éste debería de estar muerto. A lo cual, éste responde que efectivamente, había estado muerto. Durante la obra, cualquier lector despistado puede apreciar varios pasajes como éste, donde lo fantástico o sobrenatural, lleva el hilo de la historia.
Me resulta imposible destacar un eje temático, podría intentar el del la dictadura argentina, el drama económico de principios de milenio, el tema del judío, la vida desperdiciada. Quizá es todo y justamente por ello me gustó tanto, porque la sentí tan ajena a mí, con lugares y situaciones que sin el libro me resultaría tan imposibles de imaginar.
Cuando sea viejo, quisiera ser como Kramer, no enamorarme de mi prima, sino sentir que aún tengo por qué vivir. A veces también he sentido que no invierto lo suficiente en mi vida, tengo tanto y no saco el máximo provecho pero podría pararme y ver que nunca es tarde para sentirme vivo. Si pueden encontrar y comprar este libro, háganlo.
Tags: Libros Literatura Argentina Horacio Vásquez Rial
El Camino del Norte comienza con la llamada del protagonista a su prima, la cual no lo reconoce o no quiere hacerlo ya que éste debería de estar muerto. A lo cual, éste responde que efectivamente, había estado muerto. Durante la obra, cualquier lector despistado puede apreciar varios pasajes como éste, donde lo fantástico o sobrenatural, lleva el hilo de la historia.
Me resulta imposible destacar un eje temático, podría intentar el del la dictadura argentina, el drama económico de principios de milenio, el tema del judío, la vida desperdiciada. Quizá es todo y justamente por ello me gustó tanto, porque la sentí tan ajena a mí, con lugares y situaciones que sin el libro me resultaría tan imposibles de imaginar.
Cuando sea viejo, quisiera ser como Kramer, no enamorarme de mi prima, sino sentir que aún tengo por qué vivir. A veces también he sentido que no invierto lo suficiente en mi vida, tengo tanto y no saco el máximo provecho pero podría pararme y ver que nunca es tarde para sentirme vivo. Si pueden encontrar y comprar este libro, háganlo.
Tags: Libros Literatura Argentina Horacio Vásquez Rial
No hay comentarios.:
Publicar un comentario