Pride of Baghdad es una novela gráfica como pocas que he leído. Escrita por Brian K. Vaughan (Y: the Last Man, Ex Machina), esta historia de un grupo de leones de un zoológico de Bagdad, está basada en hechos reales acaecidos durante los primeros días de la invasión norteamericana a Irak. Y narra desde la óptica de estos felinos, las consecuencias de este drástico y traumático suceso.
Como es costumbre en este espacio, debemos analizar la historia desde dos lados. La trama, lo superficial, lo que está dicho pero también lo que se dice en silencio o a medias, ya que es allí donde reside todo el valor del contenido.
Safa, Ali, Noor y Zill son una familia de leones que viven en un zoológico. Entre ellos, existe puntos de vista enfrentados si la vida que llevan entre rejas pero cómoda es en verdad vida. No obstante, los tambores de guerra que se ciernen sobre Bagdad no les son ajenos, y durante un bombardeo americano quedan libres. Ésta es una libertad que era deseada, pero no de la manera que esperaban ya que este radical cambio de vida les abre nuevos conflictos como la sobrevivencia antes nuevos enemigos y la búsqueda de alimentos. La perspectiva que esos seres tienen de su adquirida libertad es un torrente de emociones, que van desde la efervescencia hacia la desesperación. Desde la aceptación de nuevos retos como forjar alianzas, hasta luchas fraticidas y de dominación.
La lectura más atenta al descifrar las metáforas y símbolos, como el evidente hecho de las personificaciones, nos lleva a preguntarnos ¿qué significa ser libre? Noor, la leona en cierta manera líder del clan se responde de esta manera: “La Libertad no puede ser dada, sino ganada”. Los leones, y los animales de esta historia, añoraban ser libres. Pero no estaban listos para ella. Es obvia la lectura política aquí y las consecuencias de la invasión son evidentes en la realidad iraquí.
El zoológico que propone Vaughan, es una mixtura de identidades, culturas y credos. Los leones y protagonistas de la historia, nos brindan un espectro de opinión sobre la libertad. Noor, la líder, es quien se muestra más ávida por obtenerla, sin saber a ciencia cierta lo que ésta significa o cuesta. Zill, el león, muestra una posición más pasiva pero no de negación como la de Safa, quien aborrece el hecho de salir de la comodidad del zoológico, ergo, del sistema sociopolítico en donde al fin ha encontrado paz. El resto de animales, nos brinda un entendimiento a clanes rivales y antagónicos, como presas y cazadores que pueden luchar hombro a hombro por un fin común (libertad) pero que no llegan a un acuerdo por desconfianzas impuestas. Y obviamente, también se retrata a terceros sectores que velan sólo por sus intereses, sin remordimientos a la traición.
Como mencionaba antes, la familia de leones son los protagonistas, ya que además cargan en sus acciones el orgullo y deseo de seguir vivos ante un mundo devastado y nuevo. Cada uno, con sus diferencias, puede aportar para un futuro propio y libre. Está claro que estamos ante una historia que hace uso de animales como catalizadores de comportamientos humanos, ya que la escena final, muestra claramente que el ser humano es el más irracional de todos.
Aprendí a admirar el trabajo de Brian K. Vaughan gracias a su magnífico Y:The Last Man, pero con Pride of Baghdad no ha hecho más que confirmarme su enorme calidad y capacidad para contar una historia. Una que en niveles básicos puede ser admirada como una emotiva aventura por la vida, pero que también puede ser entendida como la triste lectura socio política de una sociedad que se desangra en guerras fraticidas por culpa de quienes creen tener derecho sobre la vida y la muerte.
Mención aparte para el excelente trabajo artístico de Niko Henrichon. Si BKV logra plasmar humanidad, Henrichon la hace creíble. Los rasgos que estos personajes van desde el miedo, hasta la ferocidad y desde la alegría, hasta la desesperación, y en todos los momentos, Henrichon te hace sentirlo real. Pero no sólo en ello va el mérito, sino en la majestuosidad de sus escenarios, en una ciudad destruída y desolada y una selva de los desconocido, en calles abiertas al horizonte o palacios cerrados que cobijan las peleas más salvajes, la ilustración es simplemente una belleza.
Como dije al inicio, Pride of Baghdad es una novela gráfica como pocas. Al lado de Watchmen, de Dark Knight Returns o de Wanted. Una obligación para los amantes de este arte o para cualquier lector casual, por su impacto, su belleza, su mensaje. Por ser única.
Como es costumbre en este espacio, debemos analizar la historia desde dos lados. La trama, lo superficial, lo que está dicho pero también lo que se dice en silencio o a medias, ya que es allí donde reside todo el valor del contenido.
Safa, Ali, Noor y Zill son una familia de leones que viven en un zoológico. Entre ellos, existe puntos de vista enfrentados si la vida que llevan entre rejas pero cómoda es en verdad vida. No obstante, los tambores de guerra que se ciernen sobre Bagdad no les son ajenos, y durante un bombardeo americano quedan libres. Ésta es una libertad que era deseada, pero no de la manera que esperaban ya que este radical cambio de vida les abre nuevos conflictos como la sobrevivencia antes nuevos enemigos y la búsqueda de alimentos. La perspectiva que esos seres tienen de su adquirida libertad es un torrente de emociones, que van desde la efervescencia hacia la desesperación. Desde la aceptación de nuevos retos como forjar alianzas, hasta luchas fraticidas y de dominación.
La lectura más atenta al descifrar las metáforas y símbolos, como el evidente hecho de las personificaciones, nos lleva a preguntarnos ¿qué significa ser libre? Noor, la leona en cierta manera líder del clan se responde de esta manera: “La Libertad no puede ser dada, sino ganada”. Los leones, y los animales de esta historia, añoraban ser libres. Pero no estaban listos para ella. Es obvia la lectura política aquí y las consecuencias de la invasión son evidentes en la realidad iraquí.
El zoológico que propone Vaughan, es una mixtura de identidades, culturas y credos. Los leones y protagonistas de la historia, nos brindan un espectro de opinión sobre la libertad. Noor, la líder, es quien se muestra más ávida por obtenerla, sin saber a ciencia cierta lo que ésta significa o cuesta. Zill, el león, muestra una posición más pasiva pero no de negación como la de Safa, quien aborrece el hecho de salir de la comodidad del zoológico, ergo, del sistema sociopolítico en donde al fin ha encontrado paz. El resto de animales, nos brinda un entendimiento a clanes rivales y antagónicos, como presas y cazadores que pueden luchar hombro a hombro por un fin común (libertad) pero que no llegan a un acuerdo por desconfianzas impuestas. Y obviamente, también se retrata a terceros sectores que velan sólo por sus intereses, sin remordimientos a la traición.
Como mencionaba antes, la familia de leones son los protagonistas, ya que además cargan en sus acciones el orgullo y deseo de seguir vivos ante un mundo devastado y nuevo. Cada uno, con sus diferencias, puede aportar para un futuro propio y libre. Está claro que estamos ante una historia que hace uso de animales como catalizadores de comportamientos humanos, ya que la escena final, muestra claramente que el ser humano es el más irracional de todos.
Aprendí a admirar el trabajo de Brian K. Vaughan gracias a su magnífico Y:The Last Man, pero con Pride of Baghdad no ha hecho más que confirmarme su enorme calidad y capacidad para contar una historia. Una que en niveles básicos puede ser admirada como una emotiva aventura por la vida, pero que también puede ser entendida como la triste lectura socio política de una sociedad que se desangra en guerras fraticidas por culpa de quienes creen tener derecho sobre la vida y la muerte.
Mención aparte para el excelente trabajo artístico de Niko Henrichon. Si BKV logra plasmar humanidad, Henrichon la hace creíble. Los rasgos que estos personajes van desde el miedo, hasta la ferocidad y desde la alegría, hasta la desesperación, y en todos los momentos, Henrichon te hace sentirlo real. Pero no sólo en ello va el mérito, sino en la majestuosidad de sus escenarios, en una ciudad destruída y desolada y una selva de los desconocido, en calles abiertas al horizonte o palacios cerrados que cobijan las peleas más salvajes, la ilustración es simplemente una belleza.
Como dije al inicio, Pride of Baghdad es una novela gráfica como pocas. Al lado de Watchmen, de Dark Knight Returns o de Wanted. Una obligación para los amantes de este arte o para cualquier lector casual, por su impacto, su belleza, su mensaje. Por ser única.
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