lunes, 28 de octubre de 2013

Elysium

En el 2009, el director sudafricano Neill Blomkamp debutaba con la fantástica District 9, en la cual trazaba un drama centrado en la exclusión y xenofobia en un lenguaje de ciencia ficción. Con un mayor presupuesto, con el respaldo de un estudio y con más actores consagrados, Blomkamp trae Elysium (2013). Hay dos cosas que quiero adelantar antes de analizar el film. La primera es que personalmente, me gustó más District 9 por el desenlace de la historia y porque los temas planteados no tenían una lectura tan explícita como en Elysium. Y lo segundo, es que si bien narrativamente siento que Blomkamp no supera su primera obra, lo que sí logra y con creces es demostrar una maestría en el registro de la ciencia ficción.


El planeta Tierra para el año 2154 ha colapsado y se encuentra sobrepoblado. Solo un puñado de gente, las élites acaudaladas, mantienen una vida edénica, llena de lujos y salud, en la estación espacial Elysium. Max (Matt Damon) y su amiga Frey (Alice Braga), son la cara opuesta. Ellos, pobladores pobres y enfermos (en realidad es la hija de Frey quien está enferma) de la Tierra intentan viajar a Elysium. Pero no necesariamente para subvertir el statu quo, eso está en la agenda de otros personajes. Su motivo es más simple y es acceder a las máquinas de Elysium que pueden curarlos. Es por ello que el tema de la subversión política no entra en mi análisis, ya que el mismo film lo toca de manera tangencial y de manera muy débil. La mayor riqueza del film se encuentra en su debate sobre el poder y la salud.


Mencionaba al inicio que Blomkamp va demostrando su destreza en el género de la ciencia ficción, ya que logra darnos nuevamente un producto cultural revestido como un producto de entretenimiento. Esto significa que bajo los registros de ciencia ficción, que a priori parecieran alejarse de la realidad, al final, temáticamente nos terminan aterrizando en el mundo. Lo hacen tangible. La escisión de la sociedad humana, y el juego de la alegoría de clases sociales, no es un tema nuevo. Por ejemplo, en el horror, George Romero ya había hecho algo similar con la injustamente maltratada Land of the Dead. En este caso pienso que el anclaje, lo que permite la lectura en lo real, es el debate en torno a la salud privada frente a la pública y el acceso a esta a partir de la clase social.

Hay tres pasajes que resumen esta idea. En primer lugar, el argumento central, cuando Max se enferma y es prácticamente desahuciado y sabe que su única oportunidad de vivir es viajar a Elysium. A esto se suma la historia de la hija de Frey quien no tiene chances de sobrevivir en las pésimas condiciones de los abarrotados hospitales terrestres. En segundo lugar, cuando llega a Elysium el primer contingente de invasores y una madre logra introducir a su hija en una maquina que cura a la niña. Y por último, luego del golpe de estado en Elysium, los robots de la estación espacial viajan a la Tierra a curar a los ciudadanos. Porque hacia el final, ahora todos son habitantes de Elysium.

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Tu salud en buenas y frías manos

El significado de esta cadena de eventos no es tan difícil de dilucidar. Es evidente la crítica a cómo el poder económico nos hace insensibles a la tragedia humana. Mientras los opulentos habitantes de Elysium pueden curarse o extender su vida con la misma facilidad de tomar un bronceado, aquellos sin los mismos recursos están siendo condenados a muerte por la lentitud burocrática de un sistema médico saturado. No es gratuito tampoco que sean máquinas y androides quienes se ocupen de la salud, como sinécdoque de un sistema completamente indolente y deshumanizado. La significación cultural viene de la mano del debate norteamericano sobre la salud pública, el programa bandera del presidente Obama y la administración demócrata.

Artísticamente, una obra es una pregunta que incomoda e interpela al espectador. Que le hace plantearse cientos de posibilidades de respuesta que él mismo debe completar ya que si la respuesta fuese muy obvia o explícita, la obra termina anulándose a sí misma. De cierto modo, Elysium no termina con la misma fuerza que su predecesora y quisiera plantear alguno de esos vacíos. En breve, la falla en el film es lo endeble de su discurso sobre el poder. Por supuesto, es muy obvio quién lo tiene y quién no. Es interesante la sugerencia a la invisibilización del Estado, al menos uno en el sentido tradicional de la palabra, y cuyas funciones han sido delegadas a las corporaciones y a lo militar. Al sector privado, en resumen. Son ellos quienes producen jerarquías, instalan fronteras y normativizan al sujeto.

Pero mi argumento va hacia la tibieza en cómo se ha construido al poder en el film. Sabemos que el poder es excluyente, ergo, no todos pueden participar. Y eso está bien, por ello existe la representación política. En el film se supone que ese derecho es solo de aquellos que tengan dinero. Pero en Elysium tampoco hay representación. La discusión entre el Presidente Patel (Faran Tahir) y su concejo contra la secretaria Delacourt (Jodie Foster) tira por tierra cualquier posibilidad de agencia política de esta clase. Se podría haber aprovechado un juego de poder y conocimiento (la salud) parar argumentar el control social sobre el otro, sobre quien se ejerce poder. Poder como sinónimo de intervenir. Pero nuevamente todo queda en posibilidad, no en algo plasmado en pantalla.

Se colige, se deduce que es la empresa quien en realidad gobierna, pero nada más. Es una política ambigua y por tanto, argumentativamente débil frente a la respuesta de los excluidos quienes regresan para desestabilizar el discurso del poder. Pero si este es débil, ya que uno no sabe quién gobierna ni por qué gobierna (¿solo porque tienen dinero?), la subversión política terminará siendo caricaturesca. Y eso es lo que al final nos entrega la gesta de Spider (Wagner Moura). Es loable el desenlace liberal, pero pierde mucha fuerza si no se ha construido bien al antagonista.

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Bienvenidos al sueño Elysium

Sin embargo, no quiero dar la impresión que esta es una mala película. Si bien no tiene la potencia de District 9, definitivamente es mejor que muchas otras cintas de ciencia ficción que he visto en los últimos años. Personalmente me ha dejado la certeza que Neill Blomkamp está yendo por el buen camino y no dudo que su leitmotiv, la polarización de la sociedad y la (in)acción de los marginales, brindará más frutos en el futuro.

Elysium (2013) on IMDb
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