A estas
alturas del partido, los seguidores de Quentin Tarantino sabemos que su obra se
basa en la reconstrucción y actualización de los géneros cinematográficos. Tanto
el cine de mafiosos (Pulp Fiction), blaxspotation (Jackie
Brown), artes marciales (Kill Bill), slasher (Death
Proof), y el de nazis (Inglorius Bastards) han sido reformulados
por el director estadounidense. En dichas cintas los personajes subalternos
adquieren un protagonismo que huele a venganza contra el género y la sociedad
misma. Django Unchained no escapa a la propuesta ya exhibida por el
director.La cinta empieza con las señales propias de un western. Un solitario ajeno
al lugar, el dr. King Schultz (Christoph Waltz), llega para imponer justicia
donde las autoridades no pueden hacerlo. Schultz, pese a no ser estadounidense,
sigue la tradición de los personajes que ya hemos visto en las cintas de este
tipo. Es un duro, de gatillo fácil pero con un corazón de oro. No dudará en
dejar de pensar en su beneficio con tal de hacer justicia.
Hasta
ese momento todo bien, sigue los requisitos del western. Sin embargo, hay un
pequeño problema: el cazarrecompensas austríaco no es el héroe de la película.Lo que veremos entonces es un giro en la fórmula básica del western. Ya no
veremos a un personaje extranjero imponiendo la ley sino todo lo contrario. Ahora
uno natural de la zona y con un papel absolutamente subalterno, el esclavo
negro Django (Jamie Foxx), será el protagonista. Y la otra gran diferencia es
que este héroe en vez de buscar hacer cumplir la ley lo que quiere es
quebrantarla. La verdadera misión de este personaje, que es la misma de
Tarantino en el cine, es la de reformular el sistema. El personaje subalterno
hará justicia pero no a través de la ley sino de la venganza.
Entonces lo que la película nos ofrece es un proceso de aprendizaje en el que
el héroe de antaño asume el papel de un padre que prepara al hijo para romper
sus cadenas con el pasado. Veremos entonces a Schultz asignándole un apellido
(nombre del padre) a su pupilo acorde a su nueva condición (Freeman), dándole
las armas necesarias -para salir del Edipo- y adiestrándolo en el uso de ellas.
Son bastante claras las secuencias en las que Django es presentado como un niño
al que hay que enseñarle a ser hombre. Las primeras ropas que el héroes escoge
le dan la apariencia de un infante y la actitud que asume al escuchar la
leyenda de "El tesoro de los Nibelungos" se asemeja a la de un niño
escuchando a su papá. Asimismo, todo ese entrenamiento lo ayudará a estar
preparado para cumplir con su tarea: rescatar a su esposa Broomhilda (Kerry
Washington). Será pues a través de la recuperación del vínculo como el héroe
podrá abandonar el Edipo y ser un hombre.
Es
gracias a ese aprendizaje que Django hará la diferencia en Candyland, una
finca cuyo nombre nos hace pensar en un lugar habitado por niños atrapados en
el narcisismo. Dicho lugar es gobernado por Calvin Candie (Leonardo de Caprio)
un cuarentón que nos da varias señales de que su conducta es la de un niño
egoísta. El villano está atrapado en la omnipotencia y por esa razón utiliza a
sus esclavos como juguetes que le brindan diversión en luchas a muerte. Otra
señal de su infantilismo es su ausencia de falo. Siempre está rodeado de
esclavos y matones que lo exhimen de tener que empuñar pistolas. En su mundo no
es necesario recurrir al falo ya que lo tienen otros que cumplen con sus
caprichos. Las mujeres tampoco parecen interesarle, la única que tiene cerca es
su hermana viuda y también infantilizada. Es pues el antagonista ideal del
maduro Django Freeman.
Es en la finca donde el héroe confrontará a Candie y los demás
"niños" de la finca. Decimos que hay más de un niño porque los
esclavos del lugar están lejos de ser hombres. El máximo exponente es Stephen (Samuel
Jackson). Este es un personaje que no tiene apellido y que está fuertemente
atado a Candie. Hace pucheros y desprecia a Django porque es el hombre que él
no puede ser. No ha tenido un padre que lo ayudara a liberarse y por eso como
venganza denuncia a Django y a Schultz, el padre de su rival.
Lo que nos despara el final de la cinta es la confirmación del proceso de
crecimiento de Django. Ese proceso parte de la muerte de su padre adoptivo. Ya
hemos señalado que lo que representa Schultz es al héroe de los westerns del pasado.
Él es un personaje capaz de imponer justicia en los lugares donde no la hay. Sin
embargo, ese tipo de salvador ya no funciona en el mundo de Tarantino. Schultz
sirve como padre pero no como el salvador capaz de desafiar al sistema. Por eso
al haber cumplido con su misión de adiestrar al verdadero héroe se sacrifica
matando al infante narcisista. Es solo después de la muerte de su padre que
Django ya es capaz de superarlo. En vez de empuñar una pistola, toma dos. Con
las primeras balas sirven para destruir lo más evidente de un sistema atado al
pasado y al narcisismo infantil (los blancos racistas) y las de la otra pistola
para eliminar lo más profundo (los negros sumisos) que es lo que está en su
propia piel. Con esos dos falos personaje subalterno conseguirá cumplir su
tarea: alcanzar el vínculo.
Como vemos, Tarantino nuevamente reconstruye un género al darle una nueva
misión al héroe del western. No imparte justicia sino que pone en evidencia los
vacíos de las leyes y propone cambios. Este es un héroe que pese a que parece
absolutamente individualista -estaría más preocupado en recuperar a su
mujer que en darle agencia a los miembros de su raza- sí propone duros cambios
en el sistema -le dice a Stephen que él es equivalente a Jesús el Salvador-. Y
también vemos que su reactualización del western no implica una destrucción de
la tradición del mismo. Al apoyarse en una figura paterna -tan ausente en su
filmografía- Tarantino reconstruye el género y al mismo tiempo se venga del
mismo. No parece casualidad que haya escogido ese camino si tomamos en cuenta
que su progenitor (con el que nunca tuvo contacto íntimo) fue un actor de
westerns.
Agradecemos la colaboración de
Tags: Django Unchained Western Quentin Tarantino Jamie Foxx Christoph Waltz Leonardo DiCaprio
Yo siento admiración y respeto por la obra de Tarentino Con la excepcion del slasher, veo su obra como un rescate y reinvindicación de géneros despreciados en su tiempo. Django me atrae porque no cae realmente en el tema del spaghetti western,leyéndote me recordó más al western de Peckinpah.Así que es una fusion de géneros. Además espero ve a Cristoph W. de bueno. Eso va a ser un treat.
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