sábado, 21 de enero de 2012

The Warriors


Inspirada en el Nueva York de finales de los setentas, antes de la "limpieza" de la ciudad, The Warriors, (Walter Hill 1979) narra las peripecias de una pandilla de Coney Island, la tradicional playa de los juegos mecánicos que tuvo un boom en los cincuentas y sesentas. El film nos presenta a un Bronx apocalíptico, como un campo de batalla nocturno -sólo vemos la luz del día hacia el final- en el cual la ley pretende ser reemplazada por la fuerza de la calle y el tribalismo territorial de pintorescas pandillas.

Nueve delegados de todas las pandillas del Estado de NY son convocados por el líder carismático Cyrus, presidente de "The Gramercy Riffs", la pandilla más grande de NY. (Una mezcla de Black panters y karatecas). La capacidad discursiva y emotiva de Cyrus ha creado una tregua por la cual ninguna pandilla peleará. Sin embargo, en un mitin multitudinario en Central Park, Cyrus es asesinado en medio de un afiebrado discurso por tomar la ciudad.

The Warriors, son culpados del asesinato, empezando de esta manera un film de persecución y encierro. No sólo deberán huir de la policía sino de todas las pandillas que quieren vengar la muerte de Cyrus. La ciudad que no nos pertenece, en la cual nos sentimos como "recien bajados de la provincia", funciona aquí como una prisión aplastante que pretende destruir desde fuera la comunidad: Las otras pandillas en su persecución pretendiendo su eliminación material, pero sobre todo la influencia desestabilizante de la ciudad moderna: sus vicios-goces terrenales y las pulsiones individualistas que mellan la solidaridad colectiva de la pandilla, planteando la posibilidad de su implosión.

En principio, The Warriors basada en un comic, tiene dos versiones, la original es superior. La segunda entrega, aunque no tiene muchas diferencias cualitativas incorpora ciertas pausas que eliminan ritmos y tensiones en momentos cruciales del film. El primer encuentro con los "baseball furies" es un ejemplo patético de lo anterior. En todo caso Walter Hill ha justificado estas interrupciones infantiles, desde la fuente de la historia y como el concibió la película desde el relato griego de un grupo de Guerreros atrapados en medio de fuerzas persas. (300, no fue tan novedosa en el cine, entonces). Posteriormente, Play Station rendirá pleitesía al film con su aclamado videojuego. Comic, film, videogame, el combo mortifero de la Industria Cultural Norteamericana. 



Un primer elemento importante aquí es la locación. Uno se compra la película porque esta transcurre en una ciudad inmensa, oscura y destartalada. Segundo los caracteres de los pandilleros y de "the warriors" en particular estan excelentemente logrados. Cada uno representa una sensibilidad, una tipología de personalidad, un énfasis: el payaso, el peleador, el líder natural, el leal, el debil, el artista, el político, etc. Tercero, las peleas. Aquí la estampa de Walter Hill se deja ver: La violencia estilizada a lo Peckinpah es de primera calidad. Todos los encontronazos con otras pandillas son escenas de antología que todo joven que vio la película trató de replicar en sus barrios. Desde las frases, el tipo de peleas y armamentos y sobre todo la vestimenta y la estética "gang". 

Swan (Michael Beck) Mercy (Deborah Van Valkenburgh) Ajax (James Remar), Snow, Cochise, Cowboy, Rembrandt, Cleon, Vermin, The Fox, buscaban desesperadamente una salida de vuelta a casa y al mar de Coney Island. El mar de la ciudad originaria es en terminos psicoanalíticos el retorno a las seguridades de la madre;  una búsqueda repetitiva  e interminable en nuestras vidas plagadas de incompletud. Finalmente  el conflicto se resuelve, The warriors prueban su valía y la verdad se devela en un final que genera un poco de esperanza utópica para el desclasado y el subcultural, representada por un lado en la persistencia de la idea de la pequeña comunidad y por el otro lado en el amor sexual entre Swan y Mercy. Todo ello cerrado al tono de Joe Walch de “The Eagles” y la canción especialmente compuesta para esta película: “In the city”.



Una mención a parte para el antagonista de “The Warriors”, “Luther”, David Patrick Kelly (Comando, El Cuervo y otras), el representante de una demencia natural e infantil que eleva la tensión permanente de la persecución, y cierra la confrontación con una escena memorable.






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