Hace un par de semanas, el Instituto Peruano del Deporte y la Defensoría del Pueblo, sacaron al aire un par de spots publicitarios que cuentan con la presencia del futbolista peruano Paolo Guerrero. El tema de esta publicidad es condenar el racismo que se mantiene como un lastre en nuestra sociedad hasta el punto de demostrar algunas frases y expresiones ya enraizadas en nuestro subconsciente (“negro tenías que ser”) que denota nuestra animadversión por lo diferente. Guerrero por supuesto ha recibido muy buenas críticas por su participación y uno puede albergar hasta la inocente esperanza de ser testigos de la maduración de nuestra sociedad para barrer las taras que seguimos arrastrando. Esperanza que luego choca contra el suelo al ver comerciales como el del Panetón Herbi.
Resultaría ocioso intentar analizar el racismo que sigue presente en nuestra televisión, porque es algo tan burdo y explícito, ni tampoco pienso entrar en las cínicas justificaciones que negrito o cholito son expresiones comunes que en el fondo denotan cariño. Si hay algo que estos comerciales me han dejado claro, y que es el propósito de este artículo, es pensar un poco la función ideológica de la televisión y cómo se piensa la identidad nacional. Esto es, cómo la tv (la publicidad) construye el mundo, cómo se piensa lo peruano y quién lo piensa, y a partir de hacer nuestra y propia esa fantasía buscar soportar la realidad.
Resultaría ocioso intentar analizar el racismo que sigue presente en nuestra televisión, porque es algo tan burdo y explícito, ni tampoco pienso entrar en las cínicas justificaciones que negrito o cholito son expresiones comunes que en el fondo denotan cariño. Si hay algo que estos comerciales me han dejado claro, y que es el propósito de este artículo, es pensar un poco la función ideológica de la televisión y cómo se piensa la identidad nacional. Esto es, cómo la tv (la publicidad) construye el mundo, cómo se piensa lo peruano y quién lo piensa, y a partir de hacer nuestra y propia esa fantasía buscar soportar la realidad.